Sol Martínez, nacida en Asturias de padres emigrantes, tiene solo 15 años y lleva 11 practicando este deporte y una de las principales bazas de la gimnasia rítmica en los Juegos Odesur que comenzarán este sábado en Cochabamba (Bolivia) nació, vive y se entrena en Oviedo, pero cruzará el Atlántico para poner sus cualidades -«buen manejo de los aparatos, mucha cabeza y mucha coordinación»- al servicio del equipo argentino.
Sol Martínez Fainberg, de 15 años, once de ellos entregada a la rítmica, quiere contribuir a que el nombre de Argentina vuelva a sonar en la escena internacional de este deporte que ella considera «lo más».
Hija de padre y madre argentinos, él economista y ella psicopedagoga, Sol nació en Oviedo en noviembre de 2002 sin antecedentes familiares relacionados con el deporte. Pero a los cuatro años comenzó a practicar la gimnasia y con nueve ya fue campeona de España de su categoría. En 2015, animada por su madrina, que practicó la gimnasia rítmica en Argentina, viajó el país de sus padres, del que tiene la nacionalidad, para hacer las pruebas en un clasificatorio para entrar en la selección nacional.
«Mi madrina me dijo que fuera a probar, que podía estar divertido. De todas las que se presentaron pasaban diez y yo quedé la primera», indicó Sol aen Guadalajara (España), donde participó en una Copa del Mundo para preparar los Juegos Odesur.
Pronto comenzaron a llegar los éxitos con el equipo argentino: «Fui al Sudamericano y quedé tercera en la final de pelota. Y así fui mejorando cada año en Sudamericanos y Panamericanos y ahora iré a mis primeros Odesur con muchas ganas, porque sé que son muy importantes y casi como unos Juegos Olímpicos».
«Quiero pasar a las finales y conseguir un buen puesto para el país, porque para eso voy. Lo que haces allí es para el equipo», subrayó.Sol mide 1,53 metros. «No tengo muchas cualidades físicas», aseguró, algo con lo que cuesta estar de acuerdo al contemplar su flexibilidad sobre el tapiz.
«Por eso tengo que trabajar más con el aparato y creo que tengo un buen manejo. Lo físico me cuesta, pero tengo mucha cabeza y mucha coordinación», afirmó la gimnasta. Cuando compite en España, Sol lo hace representando a su club, la Asociación Deportiva Omega. A ella le gusta esta dualidad que le permite prepararse en Europa, donde el nivel «es mucho más alto», y ganar medallas y aportar su grano de arena al desarrollo de la gimnasia rítmica en Argentina.
Pero desde sus 15 años, con una madurez poco habitual para esa edad, es consciente de «las dificultades» que conlleva la vida que ha elegido. Por un lado, debe compaginar los entrenamientos, los viajes y las competiciones con sus estudios de cuarto curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Ya ha decidido hacer el próximo curso de Bachillerato en horario nocturno «para entrenar más horas».
Y también menciona los sacrificios económicos que lleva a cabo su familia. «Esto me lo estoy pagando yo», dijo en Guadalajara sobre su desplazamiento desde Oviedo.
La familia Martínez Fainberg llegó a un acuerdo con la Confederación Argentina de Gimnasia por el cual la gimnasta recibe una beca, en función de sus resultados.
Las copas del mundo y otros torneos en Europa corren a cargo de la familia, que paga los gastos de Sol, de su entrenadora y de un juez, el argentino Ariel Milanesio, que reside en Alemania y hace siempre un esfuerzo por acompañarlas por Europa.
También sufraga la familia un viaje de la gimnasta una vez al año a Argentina para que participe en los clasificatorios de ingreso en la selección.
«Hay dos clasificatorios por año», explicó su madre, Verónica, «pero ella ya tiene alguna medalla internacional y por sus resultados se le permite que solo viaje una vez. Si no, la beca no nos alcanzaría para cubrir los gastos, obviamente», añadió. «Si es para que yo disfrute», dijo Sol, «la familia hace el esfuerzo con gusto. Merece la pena».
Los viajes a los Sudamericanos, Panamericanos y Odesur son a cuenta de la Confederación Argentina. A los nacionales no tiene que presentarse.Sol se entrena en Oviedo con un trío de enorme prestigio: la técnica local Camino Mateos y las rusas Natalia Onopko y Eugenia Onopko.
En su primer año como sénior, tendrá que vérselas en los Juegos Suramericanos con otras gimnastas «que llevan ya diez años en la categoría y tienen mucha más práctica».
Pero no se asusta: «Voy a seguir rodando hasta que llegue». Aunque los Odesur comenzarán el día 26, el concurso de rítmica no debutará hasta el día 4. La ovetense viajará a Buenos Aires el 31 de mayo y al día siguiente volará con el resto del equipo hacia Bolivia.
Argentina presentará en Cochabamba la selección más numerosa, con 535 deportistas.
Sobre sus plantes de futuro, la gimnasta de la doble nacionalidad no tiene ninguna duda: seguirá viviendo en España y quiere ser entrenadora y estudiar la carrera de INEF (Educación Física) «para ser profesora en un instituto». Su madre sabe perfectamente de dónde le vienen a Sol su madurez y su seguridad: «De la disciplina y de tantos viajes».
Está a punto de emprender el próximo, el que la llevará de España a Bolivia con escala en Argentina, camino de sus primeros Juegos Odesur.