Mirko Saric, suicidio del crack que quería el Real Madrid.
Mirko Saric nació en Buenos Aires el 6 de junio de 1978 y falleció en el barrio de Flores el 4 de abril de 2000.
Sus únicos colores fueron los azulgranas de San Lorenzo, club en el que entró desde pequeño e hizo todas las divisiones inferiores allí hasta llegar a Primera división. Lo hizo junto a su hermano Martín, que fue dejado libre por San Lorenzo meses antes del suicidio. En ese momento, su hermano pequeño estaba militando en Sportivo Luqueño (Paraguay).
Carlos Aimar le dio la alternativa para debutar en el primer equipo de Boedo el 22 de diciembre de 1996 ante Unión. Era un 5 al mejor estilo Fernando Redondo. Flaco, alto, zurdo, de muy buen manejo de la pelota. Tres años después de su debut y mientras pasaba un muy buen año futbolístico, se rompió los ligamentos en un partido sin importancia jugando con la reserva ante River en diciembre de ese año.
El Real Madrid se había fijado él y había ofrecido unos 10 millones de dólares, algo que San Lorenzo creyó insuficiente. Ya lesionado, el Mallorca también se interesó en sus servicios y su oferta económica, la mitad de lo que habían ofertado los madridistas, también fue rechazada por el ‘ciclón’.
Hijo de Ivana y Ante, croatas nacidos en Zagreb, Mirko tenía una hermana mayor, Mirna, y un hermano menor, Martín, que también fue jugador profesional. «La depresión fue consecuencia de la lesión. Mi hermano estaba en un pozo y decía que no quería vivir más», dijo Mirna tras la muerte de Mirko.
Su madre Ivana lo encontró colgado de una sábana en su habitación cuando lo fue a buscar para que desayunara. El chico no dejó ninguna carta explicando su decisión. La rotura de ligamentos lo había bajoneado y, sumado a una infidelidad de su pareja, que le quiso hacer creer que su hijo era suyo y un ADN le demostró lo contrario, los días de Mirko parecían que eran un calvario… a pesar de que nadie a su alrededor pudo darse cuenta. Un mes antes de su muerte, se había accidentado con su auto.
«Un día me golpeó la puerta, me dice: ‘¿Puedo hablar con vos?’. ¿Qué estaba esperando yo? Que dijera ‘mirá, yo por izquierda no me gusta jugar’, yo lo hacía jugar por izquierda; ‘no tengo marca’, no sé… Me senté en la cama y me dice… ‘No le encuentro sentido a la vida’. Así, de la nada. Yo le dije: ‘Tenés a tu papá, tu mamá, tus hermanos, tus amigos, los pibes del plantel te quieren, firmaste contrato, jugás al fútbol, ¿que es lo que querés?’. ‘No me pasa por ahí’, me respondió. Yo no sabía otra cosa. Lo llamé a su papá y le conté. Me avisó: ‘Quedate tranquilo que está tratándose con un psiquiatra’. Y después pasó lo que pasó». Con esa crudeza relató en FOX Oscar Ruggeri la noche en que Mirko le ‘quiso’ pedir ayuda. «Me quería decir algo y no pude entender su mensaje», concluyó el ‘Cabezón’..