Majo Granatto, quien debutó con Las Leonas en Rosario, fue galardonada por la FIH
«En Tucumán me hicieron bailar adelante de todas en la última noche, nada grave. Pero supongo que ya vendrá el bautismo de fuego», dice María José Granatto en la sala de conferencia de prensa de un hotel céntrico de Rosario. Lo dice, «se mata» de risa y no deja de regalarse miradas cómplices con Delfina Merino: «¿Sobrenombre? Le pusimos el Demonio de Tasmania, porque empieza a dar vueltas y no sabemos para dónde va a salir». Se miran de nuevo. Se vuelven a tentar. Es diciembre de 2015, momento de Ronda Final de Liga Mundial en Rosario y significaba el debut absoluto de Majo Granatto en Las Leonas. Unos días antes, como bien contó, había jugado unos amistosos en el Jardín de la República, ante Inglaterra. Pero lo realmente fuerte fue esa primera semana de diciembre en la Liga. Ayer, a poco más de un año calendario de ese bautismo, Majo fue elegida por la Federación Internacional de Hockey (FIH) como la «promesa del año», por su desempeño en 2016, premio mejor traducido como «mejor jugadora del mundo Sub 23».
No exageraban entonces los que se ilusionaron cuando la vieron por primera vez jugando con una garra y talento increíbles en esa Liga Mundial.
Las credenciales de Majo eran bien sólidas. Las primeras comparaciones surgieron a partir de su parecido físico, técnico (y hasta postural) con Soledad García, una de las jugadoras más transcendentales de Las Leonas.
No fueron pocos los que señalaron a Majo como «la última gran aparición» del hockey argentino. Y sabiondos o no, nadie se equivocó. En aquel torneo, como para empezar, se llevó el premio a la mejor jugadora junior, salió campeona por primera vez con el seleccionado y fue la autora del primer gol de la final en la que Argentina venció a Nueva Zalanda por 5 a 1.
La delantera surgida en Santa Bárbara, en La Plata, pagó con tanto rendimiento y efectividad la confianza que le dieron sus compañeras y el cuerpo técnico encabezado por Gabriel Minadeo que se ganó al año siguiente, o sea, a mediados de 2016, un lugar en el Champions Trophy de Londres, donde otra vez se llevó el título con Las Leonas.
En agosto hizo su debut olímpico en Río de Janeiro. No le fue bien a las chicas en ese certamen, fue un bajón generalizado en cuanto a rendimientos individuales y colectivo. Sin embargo, nunca se notó que a Granatto, por ejemplo, le pesara la responsabilidad ante tamaño escenario. El año, para ella, se cerraba con otro gran compromiso, el Mundial de Chile Sub 21.
Granatto integró en esa cita ecuménica un grupo talentosísimo, con muchas jugadoras que están haciendo sus primeros pasos en el seleccionado mayor. Y allí también brilló, siendo elegida nuevamente como la mejor jugadora del torneo. Lo más importante: Majo y el resto de Las Leoncitas le dieron a Argentina un nuevo título mundial junior después de 23 años.
Ayer, la FIH premió a Majo con el mismo premio que en su momento se llevaron Soledad García, Carla Rebecchi y Florencia Habif. El mismo que en mayores ganó nada menos que 8 veces la mejor de todos los tiempos, la rosarina Luciana Aymar. La FIH la premió y materializó con esa distinción apenas un poco de todo lo que se supone, puede darle Majo al hockey. En la lejana India le llegó el reconocimiento. En la cercana Argentina se le seguirán abriendo las puertas. Con todo para convertirse en una enorme jugadora, Granatto, paga con creces.
Además de María José Granatto, fueron premiados: Naomi van As (Mejor jugadora del año, Holanda); John-John Dohmen (Mejor jugador del año, Bélgica); Maddie Hinch (Mejor arquera, Gran Bretaña); David Harte (Mejor arquero, Irlanda); Arthur van Doren (Mejor Sub 23, Bélgica), Karen Brown (Entrenadora del año, Gran Bretaña); Danny Kerry (Entrenador del año, Gran Bretaña).
También por Argentina estaban nominados Gonzalo Peillat, Pedro Ibarra y Carla Rebecchi como jugadores del año, Juan Manuel Vivaldi y Belén Succi como mejores arqueros y Carlos Retegui como mejor entrenador. Sin embargo ninguno de ellos pudieron quedarse con un galardón.