Adrián Bifaretti, Jefe de Departamento de Promoción Interna del Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA) explicó que se ha producido un profundo cambio con respecto a los consumidores que años atrás estaban representados por una ama de casa tradicional que se encargaba de definir los alimentos.
Hoy los consumidores adquieren comportamientos muchos más complejos, con la incorporación de la mujer al mercado laboral, y a esto se suman otras costumbres que alejan a los consumidores de la carne vacuna.
“Hicimos una encuesta con el Instituto de Promoción con más de 1.100 participantes y nuestra población sigue siendo tradicionalmente carnívora (66%), y hay un 29% que se conocen como “flexitarianos” que empiezan a descender en su consumo, y posturas más extremas como vegetarianos (3%) y veganos (2%)”, explicó.
De acuerdo con el titular del Departamento de Promoción, cuando se les consultó a los participantes del estudio por qué se volcaron al cambio de conductas (en el caso del 34% que sí lo hizo), un 52% plantea un estilo de vida más saludable, un 22% lo hace por evitar el maltrato animal, y el resto se divide entre quienes forman parte de nuevas tendencias o modas (3%), o el cuidado del medioambiente.
En el grupo de centenials o milenials, la preocupación por la faena animal es el centro del debate. “Hay que tratar de entender qué está pasando a nivel de redes sociales, porque los argentinos tenemos una alta penetración en su uso, y desde el instituto de promoción alimentamos a un software de inteligencia artificial para ver qué se habla sobre la carne”, agregó.
Dicho software se alimenta con Hashtag y palabras claves, y a partir de ahí se define el peso de los temas que más se comentan. Así se pudo saber de qué hablan estos colectivos más vinculados a las conductas alimentarias veganas o vegetarianas, y dentro de estos grupos aparecen preocupaciones por el maltrato animal, contaminación, salud, y en menor proporción, moda.
“La contaminación tampoco tiene tanta preponderancia, y el 33% de la gente cuando se refieren a este tema lo asocian a la ganadería de carne vacuna, el resto o no la asocia, o tiene alguna vinculación de manera indirecta, pero el tema ambiental todavía no está muy difundido en el caso de nuestro país”, comentó Bifaretti.
“El gran centro de las discusiones se basa en el maltrato animal, o en aspectos claramente negativos, que pueden generar tristeza o repudio. Una cuestión a resaltar es que el análisis de los posteos muestra que pueden tener un alcance muy alto (9.000 likes en uno de los ejemplos considerados). Y los debates terminan con desacreditaciones de ambos lados (quienes apoyan el consumo cárnico y sus detractores), y muchas veces la información que se utiliza tiene poco peso o fundamento científico, son más que nada posturas parciales”, agregó.
Por otro lado, en los posteos que no parten de movimientos, sino de celebridades que pueden estar relacionadas con posturas contrarias al consumo de carne, prima la difusión de recetas, y una postura más marcada contra el consumo de carne vacuna, y de una preocupación por el cambio climático.
También se analizó el comportamiento a nivel internacional, en donde crecen organizaciones como PETA (organización defensora de los derechos de los animales, con una elevada disponibilidad de recursos, y acciones activas y efectivas públicas), que juegan un rol importante en las redes sociales y son aprovechadas por las empresas que tienen intereses económicos en promover la carne sintética, ya sea de laboratorio, vinculada al cultivo de células animales, o aquella vinculada a ingredientes vegetales.
“En la pandemia se han disparado las ganancias de estas empresas, y se ve como se van metiendo en las plataformas de comercio electrónico, y cadenas de servicios de alimentación de comida rápida o supermercados”, agregó el especialista.
De acuerdo con Bifaretti, en los próximos años vamos a ver un crecimiento de estos productos en los mercados y van constituirse en una competencia. “Ocho de cada 10 argentinos manifestaron que encontrarían ventajas en la carne sintética, sobre todo por considerarlas una alternativa para evitar el maltrato animal, sobre todo en el segmento de mujeres jóvenes”, indicó.
La conclusión principal del Instituto es que hay que trabajar en el vínculo del consumo de carne con la salud, como parte importante entre los grupos de alimentos que refuerzan el sistema inmunológico, y también desde lo emocional, de lo que significa el encuentro en la mesa para los argentinos, y el hecho de “compartir un asado”. “Encontramos una posibilidad de mejorar la participación de todo lo que tiene que ver con el consumo de la carne en redes sociales, con difusión de recetas, sobre todo para cortes menos conocidos. Si uno analiza como evolucionaron las redes del propio Instituto, se nota un incremento importante”, añadió el especialista.
“Las redes permiten tener una mejor comunicación con clientes o consumidores actuales de productos cárnicos, y hay varias carnicerías o cadenas de carnicerías que han entendido el rol estratégico de la comunicación por redes. Es importante utilizar las redes también como estrategia para los distintos puntos de venta”, cerró Bifaretti.