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Lola Arias debutará con Campo minado

Lola Arias debutará con Campo minado

A la argentina Lola Arias, un referente en el teatro documento a nivel mundial, se le hace extraño cuando alguien le habla de llevar la realidad al escenario. «Primero, porque la realidad no existe. No es como si tomaras un pedazo de materia y lo pusieras arriba del escenario, sino que de alguna manera uno convierte a personas que no son actores en actores, transforma su experiencia en un texto, agarra una historia y hace de ella ficción para convertirla en arte.

Con lo cual, eso que llamamos ‘lo real’ no existe cuando uno va a ver teatro documental. Sí podemos encontrar esa cosa extraña que es la autenticidad, que es como un efecto de realidad. Ves que el texto y el cuerpo de una persona palpita de una manera especial».

La reflexión anterior es una buena base para empezar a indagar en el trabajo de esta actriz, dramaturga, performer y directora que ha mostrado sus creaciones, la mayoría de ellas exploraciones en torno a la memoria, en prestigiosos certámenes como el Festival de Avignon o centros del arte del calibre del Museo de Arte Contemporáneo de Chicago.

Esta temporada, por fin, debuta en Madrid. Campo minado llegará en noviembre a los Teatros del Canal, tras haberse convertido en un fenómeno en su Argentina natal.

En este montaje, Lola Arias reúne a tres ex combatientes argentinos y británicos de la Guerra de las Malvinas para indagar en las secuelas que la guerra causó en unos jóvenes que apenas habían vivido antes de que sus gobiernos les enviasen a matar (o morir) por unas islas que jamás habían pisado.

«Me interesaba entender qué significaba ser un veterano de esta guerra. El montaje transcurre 35 años después del conflicto y que haya pasado tanto tiempo es importante porque te das cuenta de qué manera la guerra vuelve en estas personas. Estos hombres fueron a las Malvinas con 18 o 19 años y ahora tienen 60. Uno puede ver lo que la guerra hizo con ellos: en qué los convirtió. Si hay algo que entendí es que los efectos de la guerra no se ven cuando regresan los barcos y camiones cargados de los soldados, sino que, a veces, sus efectos aparecen 20 o 30 años después. La semana pasada se suicidó un veterano acá, en Argentina. La guerra es una experiencia irreversible que te constituye como persona, te convierte en otro».

Para entender el calado emocional de esta función, es importante ser consciente de lo que la Guerra de las Malvinas supuso para Argentina.

En apenas tres meses murieron más de 650 jóvenes. Todavía hoy sigue siendo un trauma nacional, aún se pueden ver pintadas por las calles de Buenos Aires reclamando la soberanía del archipiélago y existen multitud de colegios que se llaman Las Malvinas Argentinas.

«Uno de los veteranos argentinos, Marcelo, ni siquiera podía escuchar música en inglés. Costó mucho convencerle de que compartiera escenario con un británico porque para él era claudicar. Renunciar a las Malvinas. Pero eso era otro elemento que me interesaba investigar, el encuentro con el otro. Cuando se conocieron, empezaron a dimensionar cómo era el dolor de sus enemigos. Cómo se habían construido una imagen de ellos cimentada en el odio. De repente, tenían delante a una persona real, con una vida marcada también por la guerra».

Como el propio Marcelo explica en un momento del montaje: «Para aprender a disparar primero tuve que aprender a odiar y, después es muy difícil sacarse ese odio».

Campo minado, como la mayoría de los trabajos que realmente merecen la pena, es fruto de un largo proceso creativo. Lola Arias empezó a trabajar en él durante una videoinstalación en Londres hace cinco años.

«Al principio, tan sólo aparecían seis veteranos argentinos, que recreaban la guerra desde sus trabajos actuales. Porque los soldados de aquella guerra hoy pueden ser cualquier cosa. Psiquiatras, cantantes de ópera, mecánicos… Había un nadador que recreaba el hundimiento del barco en la pileta».

Finalmente, la obra se estrenaría en el Royal Court Theatre en 2016, ya con su elenco anglo-argentino, antes de causar una catarsis colectiva en Buenos Aires.

«Cuando la obra termina empiezan una serie de escenas muy fuertes de la gente que viene y se queda a esperar a los veteranos. Ex combatientes, familiares y personas de todo tipo comienzan a hablar de quiénes eran ellos cuando comenzó la guerra, de lo que les supuso… La pieza funciona como una máquina del tiempo que los lleva atrás».

En paralelo a este proceso, Arias ha grabado una película, Teatro de guerra, que muestra la intrahistoria de Campo minado. El filme fue seleccionado en la pasada Berlinale y también se podrá ver en los Teatros del Canal. «En la película se refleja cómo fue el encuentro entre los veteranos británicos y argentinos, que resultó muy emocionante».

Puede que el nombre de Lola Arias suene a los cinéfilos por otro motivo. The Square, el filme que ganó la Palma de Oro en Cannes el año pasado y satirizaba el mundo del arte contemporáneo, mostraba una delirante instalación que su director, el sueco Ruben Östlund, atribuyó a Lola Arias. Algo que aún indigna a la artista y por lo que ha ido a juicio.

«Me llamaron para participar en la película. Hicimos varias sesiones por skype. Pero finalmente, me cancelaron y se quedaron con mi nombre. Me molesta porque mucha gente me ha preguntado si yo hice esa performance y no es así. Creo que hay mucho de machismo y de eurocentrismo en la actitud de Östlund. Él creía que podía usar mi nombre y que yo, una artista latinoamericana, le iba a estar agradecida».

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