Argentina es, sin duda, un país para hedonistas y un destino para exacerbar los sentidos. Esto se vive en el imponente glaciar Perito Moreno en La Patagonia; en las degustaciones de vino, en las extensas áreas vinícolas de Mendoza; frente a las delicias gastronómicas de la pampa y, por supuesto, en las explosivas y efervescentes noches de Buenos Aires.
Sin embargo, otras joyas menos conocidas del país ampliarán ese espectro de placer para los sentidos en 2017. El país le apuesta a dar a conocer estos diferentes lugares, novedosas atracciones turísticas de Argentina.
Misiones jesuíticas, en la frontera con Paraguay
Entre 1609 y 1818 se asentaron en el litoral argentino once pueblos fundados por los sacerdotes jesuitas, que convivieron con los indígenas guaraníes de la frontera con Paraguay. Esos lugares entraron a la lista de patrimonio material de la Unesco por representar una «experiencia económica y socio-cultural sin precedentes en la historia de los pueblos» y pueden visitarse hoy como otro de los destinos de Argentina. Las llamadas Misiones Jesuíticas-Guaraníes –también conocidas como “reducciones”–, en la provincia de Misiones, son la evidencia viva del proyecto evangelizador de la Compañía de Jesús en Latinoamérica, pero también del legado de los indígenas.
Hoy es posible visitar cuatro de ellas: San Ignacio Miní, Nuestra Señora de Loreto, Santa María La Mayor y Santa Ana. Partiendo desde la ciudad de Posadas es viable conocerlas en excursiones que pueden durar un día. En medio de la selva se erigen cruces y en los muros ocres de estas ciudades de piedra aún se observan vestigios del que fuera llamado el imperio de los jesuitas, en la triple frontera con Paraguay y el inmenso Brasil. Se destacan las ruinas de las iglesias, que albergaban hasta 500 personas y que tardaban hasta tres décadas en ser construidas por los evangelizados indígenas.
La Puna: como la Patagonia del norte argentino
La Puna se parece a Marte y tiene millones de años de antigüedad. Su paisaje es tan impactante como complejo: grandes extensiones de tierras rojas, secas, parecidas a los valles marcianos, pero al mismo tiempo rodeadas por picos volcánicos con glaciares. Todo, junto a salinas de donde sale el litio del país. Se trata de un extenso altiplano ubicado en el noroeste argentino, entre la cordillera oriental y grandes volcanes: una región que se extiende a lo largo de 575 kilómetros, de la que hacen parte provincias como Catamarca, Salta, Jujuy y una parte del desierto de Atacama, en Chile. Por eso la Puna es una región tan importante para el turismo como La Patagonia.
Para llegar a ella conviene hacerlo desde Jujuy o Salta. De allí, tomar recorridos para conocer sitios emblemáticos como la quebrada de Humahuaca (que comienza en Jujuy y va hasta la frontera con Bolivia), o el Valle de los Calchaquíes (Salta).
También se recomiendan Salinas Grandes de Salta y Jujuy, el Volcán Llullaillaco, el Valle de Marte en Siete Curvas o el Valle de la Luna, en Antofalla. A la Puna puede llegarse también desde Bolivia, o recorrerla en el llamado Tren a las nubes.
Argentina es invitada a Anato 2017
La oferta turística argentina que se verá en la Vitrina de Anato incluye los cuatro climas de estas tierras australes, la magnitud de sus montañas, las costas y la naturaleza de sus grandes parques nacionales, entre otros destinos y actividades. Todo esto, acompañado por la calidez de su gente
y una exquisita propuesta gastronómica.
Catalina Oquendo B. (Viajar) @cataoquendo