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Las Leonas, 20 años del nacimiento

Las Leonas, 20 años del nacimiento

«Casi nunca llegábamos al podio y a partir de ahí no nos bajamos». «Cambiamos la mentalidad, fue más que una medalla y todo cambió desde entonces». «En Argentina la gente necesitaba una alegría y se sintió identificada con nosotras». «La Leona es embajadora de Argentina en el mundo».

Estas cuatro frases resumen las impresiones de las internacionales argentinas que fueron subcampeonas olímpicas en Sydney 2000, unos Juegos que cumplen veinte años y que marcaron el nacimiento de un equipo que se hizo un hueco entre los grandes del hockey femenino y se convirtió en referente del deporte de su país.

Consideradas como una generación histórica, la Federación Argentina de Hockey ha homenajeado a aquellas jugadoras que el 29 de septiembre de 2000 subieron al segundo escalón del podio olímpico de hockey para colgarse por primera vez una medalla en unos Juegos, que cambiaron su historia y las transformaron en «Las Leonas».

Después de los primeros cuatro partidos y clasificadas para la fase final sin poder arrastrar puntos de esa previa, las chicas de Sergio «Cachito» Vigil debían ganar sus siguientes compromisos, el primero contra Holanda, a la que nunca habían superado, y después frente a China y Nueva Zelanda.

«Entramos distintas al campo». «Teníamos un objetivo claro, hacer un cambio de pensamiento con algo nuevo, distinto, eso que nos identifica hoy y que en ese momento fue una sonrisa». Vanina Oneto y Karina Masotta relatan así cómo decidieron salir al campo con una leona estampada en su camiseta para hacer frente a un duelo clave.

Lo solventaron con un 3-1 sobre las holandesas y desde entonces la leona siempre jugó con ellas. Superaron a China 2-1 (Soledad García y Luciana Aymar); golearon a Nueva Zelanda 7-1 (Vanina Oneto -4-, Cecilia Rognoni -2- y Karina Masotta y, ante la derrota de España frente a Holanda, se metieron directamente en la final que perdieron ante Australia (3-1).

No pudieron ser oro Pero la plata que se colgaron no fue solo una medalla. Para todas ellas fue un oro y algo más por lo que supuso, para el deporte femenino en Argentina, para el hockey y para el país. En Atenas 2004 fueron bronce y en Londres 2012 plata.

«En la final con Australia no escuchábamos nada, solo se oía ‘Aussie, Aussie’. Casi nunca llegábamos a subirnos a un podio y a partir de ahí no nos bajamos. En un país donde el fútbol marca todo, un grupo de mujeres que trabajaban sin tanta difusión logra una medalla olímpica y a partir de ahí el hockey explotó, se hizo popular en todas partes, se multiplicaron las niñas jugando. En Argentina la gente necesitaba una alegría y se sintió identificada con nosotras».

La reflexión de Mariela Antoniska, la portera de aquel equipo coincide con la de Vanina Oneto, que habla convencida de su papel como embajadoras de su país tras una medalla que valora como «de platino y brillantes» , mientras recuerda «unos Juegos de sol y de sonrisas», con «un grupo unido que acabó siendo una sola persona».

«Cambiamos la mentalidad. Queríamos algo más que una medalla. Queríamos que Argentina estuviera siempre ahí arriba no solo por un torneo. Creamos un legado muy grande, pasamos a ser ‘Las Leonas’ y todo cambió a partir de ahí», asegura Luciana Aymar en el documental con el que la Federación Argentina ha homenajeado al equipo.

También Cecilia Rognoni piensa que la plata de Sydney fue un antes y un después y que pasado veinte años «te das cuenta de la dimensión, lo que generó y lo que sigue siendo» algo que Magdalena Aicega cree con satisfacción que ayudó crecimiento de su deporte. «Esta camiseta tiene un desafío muy importante», dice convencida.

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