La República perdida, fue el primer documental sobre la historia política del siglo XX. Marcó una época.
El primero de septiembre de 1983 se estrenaba en Buenos Aires «La República perdida”, el primer documental que dejaba registro de la historia política de Argentina.
Faltaba sesenta días para las primeras elecciones, después de la dictadura militar y fue un éxito de taquilla.
La película es un recuento de la historia argentina que arranca en el segundo mandato de Hipólito Yrigoyen, electo en 1928, y el golpe militar que lo derrocó en el 30, hasta el último golpe de Estado el 24 de marzo de 1976, que para aquella época estaba muy fresco y mostraba una versión no edulcorada de la historia política del siglo XX.
Cuando se estrenó, el país todavía sangraba por las heridas dejadas de años de violencia política, por una dictadura genocida y la guerra de Malvinas.
Eran momentos de efervescencia y en las calles, la discusión política estaba en pleno auge después de años de silencios y miedos.
Había una fuerte necesidad de saber que pasó, porque el país vivió lo que vivió y las explicaciones imperantes no daban respuestas satisfactorias a ningún sector, quizás esa necesidad de información fue la que empujó a más de un millón de personas a los cines en menos de un mes, un número impensado para una película argentina, y menos un documental, en esos años.
Había en el film una lectura casi maniquea de la historia, en donde los malos siempre eran los miembros de la oligarquía y su brazo ejecutor: las fuerza armadas y los sectores populares, sin considerar la responsabilidad que le cabía a todo el conjunto social, que de última es el que legitima o condena todo proceso histórico.
Hoy ,a más de treinta años, la película no causa el efecto que causó en ese momento y la forma en que muestra los hechos es cuestionable, pero también fue el puntapié inicial para que ,en los años posteriores a su estreno, surgieran centenas de investigadores que echaron luz sobre lo que pasó en Argentina durante el siglo XX.
La idea de la película fue de Enrique Vanoli, dirigente de la Unión Cívica Radical y ex secretario de Ricardo Balbín y quien realizó el guion fue Luis Gregorich.
La dirección estuvo a cargo de Miguel Pérez; Luis María Serra, autor del excelente fondo musical, la voz del relato en off fue de Juan Carlos Beltrán.
El film duraba 146 minutos y cada vez que se terminaba el cine quedaba en silencio, como analizando lo que se había visto.
Las acaloradas discusiones llegaban más tarde en las mesas de café.
En 1986 se realizó la segunda parte y fue estrenada el primero de enero de ese año, también dirigida por Perez, pero esta vez con el guion de María Elena Wlash y contó con las voces off para el relato de los actores Aldo Barbero y Rita Cortese.
Esta vez tomaba los hechos aberrantes de la dictadura militar y la recuperación de la democracia.
Eduardo Huaity González