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La historia de Paulo Milanesio

La historia de Paulo Milanesio

Paulo Milanesio, el argentino de 39 años, oriundo de Carlos Pellegrini, provincia de Santa Fe, dedica desde hace más de una década de su vida a labores humanitarias, en algunos de los lugares más desafiantes del planeta. Licenciado en Ingeniería Civil por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y con un Máster en Cooperación Internacional por la Universidad Politécnica de Cataluña, Milanesio encontró en la ayuda humanitaria la verdadera misión de su vida.

Tras graduarse, comenzó a ejercer como ingeniero, pero pronto se dio cuenta de que su vocación estaba en otro lugar. «Descubrí que los conocimientos técnicos podían ser aplicados para ayudar a las personas. Ahí fue donde descubrí el mundo humanitario, viajar por el mundo haciendo cosas y no solo visitando lugares», explicó. Fue esta realización la que lo llevó, hace cuatro años, a unirse a Médicos Sin Fronteras (MSF), donde comenzó coordinando la infraestructura médica en países como Yemen, Camerún, Etiopía, Mozambique, Senegal y Mauritania.

Actualmente, Milanesio ocupa el cargo de coordinador de emergencias, lo que implica gestionar la seguridad y operatividad de los equipos médicos en contextos de conflictos armados. «Mi trabajo consiste en que mis colegas puedan operar de forma segura, y que los pacientes reciban la mejor asistencia posible. Lamentablemente, en muchas de las zonas en las que trabajamos, las reglas y leyes no se cumplen, lo que me ha llevado a enfrentar situaciones difíciles como secuestros y colegas baleados o detenidos en condiciones precarias», comenta con honestidad.

Recientemente, la Legislatura de Santa Fe lo reconoció por su invaluable tarea humanitaria, especialmente sus acciones en Gaza. «Tomo este reconocimiento como un impulso para perseguir los sueños, no bajar los brazos y siempre ponerme en el lugar de las otras personas», expresó ante la atenta mirada de los presentes. Recordó a sus abuelos y el esfuerzo de sus padres por la educación y valoró la formación que recibió en la universidad pública de Rosario.

Gaza: un conflicto sin fin

El conflicto armado en Gaza, donde Milanesio ha desempeñado una parte significativa de su labor, es uno de los escenarios más complejos y peligrosos del mundo. Este territorio, densamente poblado y en constante tensión, ha sido el epicentro de repetidos enfrentamientos entre fuerzas israelíes y grupos armados palestinos, con consecuencias devastadoras para la población civil.

El ingeniero, como parte de su rol en MSF, ha estado al frente de la coordinación logística y de seguridad en este contexto, gestionando la protección de sus colegas mientras trabajan en medio de ataques y bombardeos. «Trabajo para que todos estén seguros, pero las circunstancias a veces nos superan. Los hospitales, que deberían ser espacios de refugio, a menudo se convierten en blancos. Ver cómo los pacientes y el personal médico sufren el impacto directo del conflicto es una de las cosas más duras de esta labor», comenta.

A lo largo de su carrera en MSF, Milanesio no solo ha gestionado infraestructuras, sino que ha desarrollado una profunda comprensión de la realidad humana en las zonas de guerra. “Ya no soy solo un ingeniero, ahora pienso en cómo esas estructuras pueden salvar vidas, en cómo mi trabajo puede hacer que los médicos operen con seguridad y que los pacientes puedan llegar a un hospital a tiempo”, reflexiona.

Con más de una década de experiencia en Yemen, Camerún, Etiopía, Mozambique y otros países, ha sido testigo de las dificultades que atraviesan miles de personas, atrapadas en medio de conflictos que parecen no tener fin. Sus palabras reflejan una mezcla de dureza y esperanza: «Las situaciones que enfrentamos son complejas y peligrosas, pero lo que nos motiva es saber que nuestro trabajo hace una diferencia real en la vida de las personas».

El compromiso de ayudar

Su historia es un ejemplo de cómo el compromiso con una causa puede transformar el rumbo de una carrera profesional. En lugar de seguir un camino convencional, decidió aplicar sus habilidades para el bien común, ofreciendo sus conocimientos y experiencia a quienes más lo necesitan.

El reconocimiento otorgado por la Legislatura de Santa Fe pone en relieve la importancia de su labor en Gaza y otras zonas de conflicto. Sin embargo, para Milanesio, este homenaje es solo un recordatorio de que aún queda mucho por hacer. «Este tipo de reconocimientos no son solo para mí, sino para todo el equipo que trabaja en condiciones tan difíciles y para las personas a las que intentamos ayudar», concluye con humildad.

Paulo Milanesio no solo representa el talento y dedicación argentinos en el ámbito internacional, sino también la fuerza de voluntad necesaria para cambiar vidas en los lugares más desafiantes del mundo.

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