Joaquín Beserra creó una cadena de heladerías artesanales argentinas con el objetivo de posicionarse en el mercado chino, hasta ahora sin competencia.
En chino, el nombre suena ku-ku-ru-tisn-tong’, parecido a ‘cucurucho’, y literalmente significa ‘fresco como cono de helado.
¿Cuáles fueron las premisas en las que se basó Beserra?
Shanghai es una de las ciudades más poblada del mundo y con mayor potencial de consumo.
Hay 24 millones de habitantes ávidos de comprar, una gran afluencia de productos occidentales pero ninguna heladería artesanal, por lo menos argentina. Incluso, cuando el consumo de helados en ese país se duplicó en los últimos 10 años.
Esas fueron las premisas que llevaron a Joaquín Beserra a crear, bajo la mirada del maestro heladero Ariel Segesser, la cadena de helados.
El primer local se abrirá a fin de año en el distrito comercial de Jing‘an, en Shangai, con una inversión de u$s 1,2 millones.
Luego se proyecta la apertura de 14 locales más.
Segesser es bicampeón latinoamericano de helado artesanal y un referente internacional en pastelería y chocolatería.
Estará a cargo de las recetas, la capacitación del personal y todos los detalles técnicos de la cadena en China.
Beserra es economista y luego de haber vivido en China, estudiado el idioma y de trabajar como broker de inversiones en Argentina, estará a cargo del negocio y se radicará en Shanghai para seguir de cerca la firma.
Beserra explicó a El Cronista que «el paladar chino está evolucionando» pero advirtió que, además de desembarcar con el proyecto «tenemos que educar sobre su consumo».
En principio se ofrecerán 12 gustos de helado artesanal, paletas y algunos postres especiales que representen la cultura argentina pero adaptados al paladar chinos.
La idea es también recrear postres típicamente chinos como las ‘mooncakes’ que se consumen en año nuevo, con un toque argentino, por ejemplo con dulce de leche.
Según relató Beserra, los helados de calidad que se consumen en China son los internacionales Haagen-Dazs. «El tradicional cucurucho que comemos en Argentina no existe.
Por eso estamos llevando las máquinas para producirlos en el propio local, porque el aroma que esparce la fabricación también será utilizado como característica de la cadena», agregó.
El ejecutivo explicó que se exportará desde Argentina la materia prima pero los helados se fabricarán en Shanghai ya que el producto artesanal de mayor calidad es justamente el que está hecho en el momento en que se consume. Además, señaló que para estos alimentos «los costos de producción en ambos países son similares».
Los precios al consumidor, en cambio, estarán por encima de los de las cadenas importantes de Argentina.
Un kilo de helado en Shanghai costará u$s 30 y un cucurucho $ 7, mientras que en Buenos Aires se paga entre $ 250 y $350 el kilo y alrededor de $70.
A más largo plazo, la idea de los fundadores de «Cucurucho» es usar a la heladería como un medio para introducir en el futuro otros productos típicamente argentinos.