Argentina estalló en una fiesta eufórica tras la victoria de la Albiceleste sobre Croacia por 3-0, que dejó a la ‘Scaloneta’ en la final del Mundial de Qatar 2022, como ocurriera ocho años atrás.
En todas las calles del país, por cada gol hubo millones de gritos que se escucharon al unísono. El seleccionado argentino hizo explotar de ilusión a un pueblo golpeado por la crisis económica y social, al que este Mundial parece haber insuflado esperanza.
Con el pitido inicial, el país se paró en seco para colgarse de cualquier aparato que transmitiera el partido, ya fuera en bares, restaurantes, oficinas o en la calle: «Fue un gran partido. Hoy fue el mejor partido, junto con Holanda. Estamos bien encaminados para la final: la bofetada contra Arabia fue buena para nosotros a tiempo. Hay que soñar porque esto pasa una vez cada cuatro años, y no tienes muchas chances. Ahora hay que disfrutarlo. Pase lo que pase, ahora tenemos que disfrutarlo», opina un aficionado.
El primer gol de penalti anotado por parte del inigualable capitán, Lionel Messi y dos tantos del delantero Julián Álvarez, que estuvo imparable durante el partido, ensordecieron la capital argentina. El equipo que entrena Lionel Scaloni, apodado la ‘Scaloneta’ o la ‘Ilusión Argentina de Fútbol’, también traspasa fronteras.
Con el pitido final, las calles de Buenos Aires fueron una maratón para llegar al icónico Obelisco y compartir el sueño de que la Albiceleste alce la Copa Mundial por tercera vez. En la avenida más ancha del mundo, decenas de miles de fanáticos se fueron concentrando y enarbolando cánticos, fuegos artificiales, banderas o sudaderas con los colores de la Selección.
Muchos aficionados estaban al borde de las lágrimas: «Estoy muy emocionado. Ha sido el mejor partido que hemos jugado hasta ahora. Como todos los partidos, sufrimos como siempre, estamos acostumbrados. Estamos otra vez en la final, otra vez en la final».
«Es una locura, es un gran sueño, ojalá se cumpla. Hacía mucho que no estábamos tan emocionados y unidos como lo hemos estado este año por poder llegar hasta aquí. Todos tiramos en la misma dirección, lo cual es muy bueno. En otros países, no experimentas la pasión por el fútbol como la experimentamos aquí. Así que creo que es único», apuntaba un hincha argentino.
En la casa de Maradona
Precisamente en otro punto de encuentro de la ciudad, relacionado con el ’10’, cientos de aficionados se reunieron para presenciar el partido y estallar de júbilo con el resultado final. La que fue casa de Maradona en el barrio de Villa Devoto este martes se transformó, como ha sido habitual en todos los partidos de Argentina desde el duelo contra Polonia de la primera fase, en escenario de celebración para los fieles.
Sus actuales dueños decidieron abrir las puertas de ese ‘santuario’ a los aficionados, a quienes reciben con comida y bebida. Y en ese ambiente, camisetas albicelestes, banderas y carteles dedicados al ’10’ acompañaron a los hinchas que festejaron los tres goles de la ‘Scaloneta’ ante Croacia, algunos de ellos incluso con un baño en la piscina del patio.
La vivienda, que fue adquirida por Maradona cuando fue fichado por Boca Juniors, procedente de Argentinos Juniors, para regalársela a sus padres, cuenta con 700 metros cuadrados de casa y 500 de espacio alrededor, fue comprada recientemente por una familia que la consiguió en una subasta.
«La verdad que Messi es más capitán que nunca, es más maradoniano (sobre Diego Armando Maradona). No los puedes comparar, cada uno es un jugador y una persona. Estoy muy feliz por todo. Alegría a pesar de todos nuestros problemas; al menos, como decían, tenemos algo de alegría», opinaba un hincha
Locura en la ciudad de Messi
Rosario, ciudad natal de Leo Messi, también festejó la aportación de ‘la Pulga’ a la victoria con una asistencia y un gol. La tercera urbe más poblada de Argentina se tiñó de celeste y blanco, con miles de personas que se volcaron a las calles para festejar el 3-0 ante los croatas y el acceso a la sexta final mundialista que disputará la selección del país sudamericano.
Los festejos se concentraron en torno al Monumento a la Bandera, icono de esta ciudad a la vera del río Paraná y situada a unos 300 kilómetros al norte de Buenos Aires.
Estas tierras son las que han visto nacer el 24 de junio de 1987 a Messi, el gigante capitán de la Albiceleste y que este martes brilló por su entrega en el juego, una magistral asistencia para uno de los dos tantos de Julián Álvarez y un penalti convertido que le ha aupado hoy al lugar de máximo goleador de Argentina en los mundiales.