Enrique Pinti nacido el 7 de octubre de 1939 en Buenos Aires, Argentina es famoso humorista, actor y dramaturgo argentino.
Es uno de los cómicos más populares de Argentina, también un ácido y audaz observador de la realidad, un cronista chistoso. Del 14 al 18 de abril actúa en solitario en el Teatro Borrás de Barcelona con Serenata argentina. Según dice, la virtud del espectáculo es que la gente se parte de risa y a partir de temas presumiblemente tan serios como la historia de su país.
Este espectáculo que ahora presenta en Barcelona ya se vio en el Festival de Otoño de Madrid de hace dos ediciones; a Pinti (Buenos Aires, 1939) sus monólogos le duran tanto tiempo de puro éxito. La clave está en que se ríe de los demás, pero la ferocidad de su crítica es fácilmente perdonable porque también se la aplica a sí mismo; y lo hace con una inusitada velocidad verbal y, sobre todo, con una virtuosa capacidad para provocar la carcajada. Se ha dicho que es el “Rubianes argentino”, y el propio Rubianes habla de él en estos términos: “su energía te arrasa como un rodillo”. Polifacético artista que combina el teatro con el cine, la radio y la televisión, Enrique Pinti es también autor dramático, colaborador en periódicos, escritor de cuentos infantiles y libros de humor y director de escena.
-¿De qué habla en Serenata argentina y por qué recomienda que vayamos a verlo?
-De mi imposible y conflictiva relación con la tecnología: ordenadores, móviles, e-mail, fax y todo lo que se haya inventado antes de que esto se publique. De mi Argentina actual, de mi Argentina pasada y de mi Argentina futura. Hablo del mundo, de la guerra, de los problemas cotidianos y del caos. Y recomiendo mi espectáculo diciendo que, a pesar de semejantes temas, la gente se parte de la risa.
–Serenata tiene también la acepción de significar ruidos o palabras molestas, ¿Qué hay de perturbador en este espectáculo?
-En la Argentina, a veces, “dar la serenata” puede significar dar la lata, agobiar con la misma frustración, llorar hasta la saciedad por lo que no fue y por lo que debería haber sido. Y eso es el show: una letanía indignada de alguien que ha cometido unos cuantos errores que critica. Perturba la ambivalencia entre la carcajada y la emoción.
-¿Qué papel cumple la música?
-En este show hay una sola canción y al final, para que los espectadores no huyan.
-¿Qué ventajas encuentra en estar solo frente al público?
-Habitualmente hago espectáculos con bailarines, cantantes y actores. El espectáculo unipersonal, o sea, yo solo frente al mundo, lo hago porque es un desafío actoral tentador. Estar solito frente al público sin distraerlos con ningún elemento que no sea el pensamiento, la palabra, la opinión, crea un juego “mano a mano” que hace del oficio teatral una ceremonia donde la identificación y la catarsis llegan a su máximo exponente.
-¿Qué temas se le resisten a ser tratados con humor?
-La tortura, el crimen de lesa humanidad, las víctimas de las guerras y el terrorismo.
-Ha dicho: “Ya quemé un montón de ideas y pienso que uno no tiene tantas como creía, sólo tres o cuatro y las desarrolla toda la vida”. ¿Cuándo se dio cuenta de eso? y ¿cuáles son esas tres o cuatro ideas?
– Me di cuenta hace tres años, en plena crisis económica, con el país incendiado y arrasado por un saqueo vergonzoso. Esas ideas son: ¿qué votamos? ¿por qué votamos?, un país mejor es posible, y, por último ¿soy capaz de hacer algo que cambie la situación?
Aprender de sufrir
-¿Cree que el humor es una forma de estar en la vida “hereditaria” o se aprende? ¿De qué se alimenta el humor?
– Se aprende cuando se sufre. El humor se alimenta del contraste entre lo que se dice y lo que se hace, lo que se predica y lo que se ejecuta, lo solemne y lo grotesco, lo irreverente y lo sagrado.
-¿Qué conocimiento básico sobre la Historia Argentina debe tener cualquier viajero que vaya a su país y quiera comprenderlo?
-Que el hombre medio argentino es bueno, cálido, hospitalario y generoso de a uno pero que se resiste a crear en grupo. Y que el individualismo lo lleva a las insensateces y fanfarronadas que no tienen nada que ver con los reales sentimientos que solo surgen en los momentos límites…¡ah! y nosotros no tenemos la culpa de nada de lo que nos pasa ¿entendió?
-Ha escrito cuentos para niños y artículos en revistas infantiles. ¿Qué ventajas encuentra en escribir para ellos?
-No tienen hipocresía ni prejuicios. Si no se divierten se cagan en tus muertos y se retiran de la sala o la convierten en un campo de juegos desconectándose del show. O sea, son inteligencia incontaminada.