El Día Nacional del Gaucho se celebra en Argentina cada 6 de diciembre con el fin de difundir las manifestaciones culturales gauchescas.
Su conmemoración se remonta a la publicación de la primera parte del Gaucho Martín Fierro, un poema narrativo escrito en verso y una obra literaria considerada ejemplar del género gauchesco, escrita por el poeta argentino José Hernández, en el año 1872.
El autor plasmó con su pluma, una defensa a los paisanos de entonces, víctimas de las injusticias cometidas en contra de ellos:
«Soy gaucho, y entiendanló
como mi lengua lo explica,
para mí la tierra es chica
y pudiera ser mayor,
ni la víbora me pica
ni quema mi frente el sol».
El 15 de diciembre de 1993 fue oficializada la fecha, a través de la Ley Nº 24303. El decreto 1096/96, en el marco de esa ley, dispone la creación de una Comisión Nacional del Gaucho, en el ámbito de la Secretaría de Cultura de la Nación, para realizar acciones y eventos conducentes a la celebración del «Día Nacional del Gaucho”. Al recordar su figura, los argentinos nos encontramos con las raíces profundas del país, que hacen a nuestra identidad.
Por ese motivo, se decidió relacionar el nacimiento del autor del Martín Fierro, el 10 de noviembre, con la celebración de la tradición argentina; y la fecha de la primera edición de su obra con el reconocimiento a la figura del gaucho.
El Martín Fierro cuenta la historia de un gaucho de la región pampeana. A principios del siglo XX, esta figura empezó a ser vista como un arquetipo de la nacionalidad argentina, es decir, que mejor representa a nuestro país.
Su origen se remonta al 1600, cuando las llanuras a ambos márgenes del Río de la Plata estaban repletas de ganado salvaje llegado a estas tierras con Pedro de Mendoza, el primer adelantado del Río de la Plata, en 1538.
En ese entonces, el gaucho era el habitante vagabundo de las pampas, que viajaba sin rumbo fijo en su caballo, con boleadoras, poncho, lazo, cuchillo, yerba mate, sal, tabaco, como único equipaje, y a veces acompañado por una mujer.
El gaucho de cada región del país tiene sus propias características y usa distinto atuendo que se adapta a las necesidades e inclemencias de cada geografía.
Vive en contacto con la naturaleza, conforman un solo paisaje conservando tanto sus costumbres rurales, sus tradiciones y su cultura, como así también su medio ambiente.
El Agrario saluda a todos los gauchos argentinos en su día, recordando a Martín Fierro, a través Leopoldo Lugones, que en su obra literaria El payador, calificó este poema como «el libro nacional de los argentinos» y reconoció al gaucho su calidad de genuino representante del país, emblema de la argentinidad:
«Aquí me pongo a cantar
Al compás de la vigüela,
Que el hombre que lo desvela
Una pena extraordinaria
Como la ave solitaria
Con el cantar se consuela».