Este lunes tucumanas y tucumanos festejaron de una de las comidas más características de la provincia. ¿Por qué se eligió esta fecha? ¿Qué sanguchería ganó en esta oportunidad? ¿Conocés el monumento a la milanesa?
Si se atraviesa la zona céntrica de San Miguel de Tucumán, por cualquiera de sus calles, encontrará (con una frecuencia mínima de dos cuadras) una sanguchería.
Entre los carnívoros y carnívoras de la provincia, el sánguche de milanesa es una debilidad y tradición que suele darse, sobre todo, de noche. Están, por un lado, quienes gustan realizar testeos y rotación de opciones, comparando la calidad de la carne, los aderezos, las verduras y el pan y, por otro lado, quienes asisten una y otra vez al mismo lugar, sabiendo que allí encontrarán el sánguche que satisface sus deseos.
Don Pepe, Los Eléctricos, El Kun, El Diez, Tutti, Bigote y El Club de la Milanesa, forman parte del abundante escenario sanguchero capitalino. Sin embargo, el paisaje no cambia mucho en la medida que se llega al Gran San Miguel de Tucumán, Tafí Viejo o Yerba Buena; las sangucherías son una suerte de patrimonio tucumano que no hace distinción de zonas.
Origen
Carlos tiene 65 años y recuerda que cuando era adolescente iba de noche hasta el Cristo que marca el fin de San Miguel de Tucumán y el comienzo de Yerba Buena, a comer una -y a veces dos- milanesas en un kiosco pequeño de lata, que vendía “el mejor sánguche de milanesa”. No importaba quedarse sin colectivo de regreso y volver caminando al centro; la satisfacción era más que justificable.
Aquel kiosco, con los años, se transformó en una de las más concurridas y famosas sangucherías que continúa vigente en el límite departamental: Chacho, cuyo dueño (José Leguizamón) falleció 9 años atrás, el 18 de marzo de 2010.
Posteriormente, pero en el mismo año, el humorista Diego Viruel, conductor del programa República de Tucumán, puso en marcha el proyecto que instauró al 18 de marzo como el Día Provincial del Sánguche de Milanesa, en homenaje al referente más emblemático de esta comida popular tucumana; José “Chacho” Leguizamón.
Al año siguiente, Diego Viruel, promocionó la creación del sánguche de milanesa más grande del mundo, consiguiendo así un récord que ingresó a la provincia de Tucumán al Libro Guinness de récords mundiales.
Homenaje al sánguche de milanesa
En el año 2000, el artista tucumano Sandro Pereira, presentó la obra Homenaje al sánguche de milanesa en la “Avenida de los próceres” del Parque 9 de julio de Tucumán. La ubicación no fue arbitraria: allí se encontraba una seguidilla de estatuas toscas de próceres tucumanos, construidas a contrarreloj por Antonio Domingo Bussi durante su intervención en la última dictadura cívico militar argentina.
La obra consistía en una escultura de resina de poliéster de unos dos metros de altura sobre un pedestal, donde se apreciaba un autorretrato del artista comiendo un sánguche de milanesa.
Esta escultura tuvo múltiples interpretaciones, en tanto que señaló ciertos cánones de monumentalidad y ridiculizó los monumentos de próceres que poco tenían que ver con la tucumanidad.
La milanesa, en cambio, es una comida clásica de las clases populares en Tucumán. Al respecto, Kevin Power, reflexionó en el año 2006 sobre esta obra: “Ahí va la milanesa, a la deriva en un pedestal, vista como símbolo desesperado de una cultura carnívora, mientras el mismo mercado de la carne se desmorona y el dólar se vuelve ciego destino de la economía argentina. ¡Es la risa amarga de una sociedad atada con sus propias cadenas!”.
AUTOR/A María Mines Periodista