Poeta argentino, de orígenes españoles, nacido en Buenos Aires el 15 de noviembre de 1886 y fallecido en su ciudad natal el 7 de junio de 1950 (63 años).
Baldomero Fernández Moreno conocido, en el ámbito de las Letras australes, por haber sido el fundador del Sencillismo.
Dejó una extraordinaria obra lírica caracterizada por su facilidad para convertir en materia poética las cosas más simples y los hechos cotidianos.
Hijo de padres castellanos, cursó sus primeros estudios en España, para trasladarse luego a la capital argentina, donde realizó estudios superiores de medicina.
Sin embargo, y a pesar de que llegó a obtener la licenciatura en dicha disciplina, pronto abandonó la profesión médica para consagrarse de lleno a su verdadera vocación: el cultivo de la creación literaria.
Así, en 1915 irrumpió en el panorama literario argentino (dominado, a la sazón, por la codificada retórica modernista) con un extraordinario poemario titulado Las iniciales del misal, obra en la que, sin desvincularse de dicha corriente modernista, se presentaba como una voz novedosa y sugerente, matizada por el lirismo y la ironía que encontraba en la realidad más inmediata.
Esta opera prima fue excelentemente acogida por los lectores y la crítica especializada, que más tarde acuñaría el marbete de sencillismo para individualizar el estilo particular de Baldomero Fernández Moreno.
Tras este exitoso comienzo, el poeta bonaerense volvió a los escaparates de las librerías con su segunda entrega lírica, Intermedio provinciano (1916), obra a la que siguieron otros títulos tan destacados como Ciudad (1917), Versos de negrita (1920) y Nuevos poemas (1922).
A mediados de la década de los años veinte, la poesía de Baldomero Fernández Moreno experimentó un giro hacia unos temas más dramáticos que, combinados con una novedosa mirada de añoranza hacia sus orígenes hispánicos, se plasmó en una mayor preocupación por los aspectos formales del poema.
El volumen que abre esta segunda etapa de su producción poética lleva por título Aldea española (1925), obra a la que siguieron, en la misma línea de formas y contenidos, Sonetos (1930), Romances (1936) y San José de Flores (1943).
A raíz de la trágica muerte de un hijo suyo, el poeta experimentó un hondo sentimiento de dolor que, en su andadura literaria, quedó plasmado en un brusco viraje hacia la oscuridad, la tristeza y la desesperanza.
Así, en 1948 dio a la imprenta un nuevo poemario en que, ya desde el mismo título (Penumbras), hacía patente este giro hacia una temática más angustiosa y sombría.
Y un año después continuó esta tercera etapa de su producción poética con una obra aparecida bajo el epígrafe de Parva (1949).
Finalmente, Baldomero Fernández Moreno abandonó el cultivo de la poesía para dedicarse a la redacción de sus memorias, que vieron la luz en 1957 en un volumen titulado Vida.